El currículum y la cultura escolar

Currículum “cultura de la escuela”. Todas las experiencias y conocimientos que los niños adquieren en la actividad escolar, están supeditados a una serie de elementos que forman parte del currículo, los cuales se interrelacionan entre sí, dando origen a una gama de estructuras organizativas, y esquemas de pensamiento capaces de moldear a todo aquel individuo que forme parte del proceso educativo.

No es posible colocar como elemento primordial del currículum o del proceso educativo, todos aquellos contenidos que hacen posible que se cumplan los objetivos de aprendizaje. Detrás de este escenario, se encuentran aquellas prerrogativas que iniciaron el proyecto educativo; determinando las condiciones existentes en el plantel, los formatos a emplear como base del proceso y haciendo un análisis exhaustivo de la realidad social a la que servían. Si un currículo no se elabora tomando en cuenta estos elementos, no se está creando un proyecto curricular y todo producto puesto en práctica no será más que una pantomima, incapaz de actuar en una sociedad específica.

La selección cultural del currículum es un proceso reflexivo, en el que educadores y demás miembros de la comunidad educativa deben colaborar. De allí que se decida qué es necesario formar en las futuras generaciones y cómo organizarlo, de manera que el proyecto educativo cumpla fundamentalmente con las demandas sociales a futuro que imperen en la sociedad.

Los contenidos de aprendizaje están regulados por condiciones institucionales. La Política Curricular y la estructura del Sistema Educativo en sí son los agentes que determinan cuándo y qué es necesario enseñar en cada nivel de escolaridad. Por lo que los estudiantes aprenderán de acuerdo a lo establecido ante tales condiciones. De allí que los aprendizajes sean graduales de acuerdo con la edad de los estudiantes e incluso que su desarrollo cognitivo vaya acorde con los temas tratados.

Detrás del Sistema Educativo y de la Política Curricular, se encuentran presentes todos aquellos personajes que los estructuraron, dando origen a un esquema organizativo capaz de satisfacer las necesidades humanas del hombre de acuerdo a sus condiciones fisiológicas, sociales, culturales y espirituales. Es común escuchar de la filosofía de la institución educativa porque constituye la base de todos los preceptos que se toman en cuenta en la práctica escolar. De la misma manera, varias concepciones epistemológicas y psicológicas fundamentan el actuar de docentes, directores, administradores y demás miembros del plantel, quienes actúan bajo el mismo paradigma determinado por la escuela en la que trabajan.

De allí que se pueda afirmar que en realidad, todo currículum constituye la cultura de la escuela. Desde el saludo del profesor hasta el actuar pasivo o activo del estudiante; incluyendo los contenidos de las planificaciones del maestro hasta el formato de examen que emplea para evaluar; y sobre todo, en aquello que se encuentra oculto que no se ve, pero se siente en el ambiente escolar, todo lo que los niños realizan en la casa, al salir de la escuela, la práctica o descuido de los valores enseñados, todo ello constituye el currículum, lo que no se ve pero queda supeditado en ascuas de la escuela. Si, es una cultura, puesto que actúa como una forma de pensar intrínseca en cada estudiante que forma parte del centro escolar.

La cultura de la escuela se determina en el currículum. Por medio de los contenidos que se seleccionaron de acuerdo a la población a la que va dirigido, las condiciones institucionales que organizan las reglas para ordenar los procesos de aprendizaje de los estudiantes y las concepciones curriculares que establecen la forma como se llevará a cabo la actividad educativa.